martes, 29 de abril de 2014

domingo, 27 de abril de 2014

Bioinformática para principiantes





"Algún día encontraremos lo que estamos buscando. O quizá no. Quizá encontremos algo mucho mejor."





El hacker había dado casualmente con aquel chico. Un chico que en principio fue solamente una IP cualquiera pero que pronto se convirtió en el perfecto conejillo de indias con el que experimentar.

Para ello, creó virtualmente una atractiva adolescente e intentó camelarlo. Y, al principio, lo consiguió. Hizo que él se sintiera muy interesado por la chica y por el feeling que creía ver entre ambos. Sin embargo, con el paso del tiempo, el hacker probó fórmulas que no salieron igual de bien y el interés del chico disminuyó.

Pero la tecnología le dió una nueva oportunidad y creyó que había llegado el momento de ir un paso más allá: primero, dió voz a la chica, que ya era una mujer; luego, la imprimió en 3D y consiguió dotarla de vida.

Esta versión avanzada mejoraba el personaje on-line: más guapa, más simpática y con cuidados detalles como con una cautivadora risa o un precioso olor, e incluso calculados defectos que le aportaban realismo (sus gustos musicales y su incapacidad para limpiar el espejo del baño). De hecho, al principio todo ello impuso al chico, que no esperaba tan positivo cambio.

Pero el gran logro del hacker no fue ese. El gran logro fue darse cuenta de que no era suficiente una chica guapa e inteligente. Sabía que necesitaba dotarla de algo que el chico nunca hubiese encontrado. Algo que la situase por encima de las almas que podían considerarse gemelas por tener mismos gustos o inquietudes.

Así que, a través del minucioso estudio de millares de datos del chico que pudo captar por su comportamiento en la red, había conseguido desarrollar en ella una esencia personal que tenía perfecta armonía con él. Había creado una de esas conexiones que no se pueden explicar con palabras. Había conseguido algo que la hacía distinta a todas las demás.

Era como si se conocieran de toda la vida. Como si fuese una simple extensión natural de él. Como si hubiese nacido para pasar tiempo juntos y eso, estar juntos, fuese lo predestinado y normal.

Pero entonces, satisfecho al comprobar el éxito de su experimento, el hacker consideró que este había tocado a su fin y decidió que ella desapareciese, dejando al chico el corazón lleno y la casa vacía.

Y ahora él, cada mañana, se despierta con el deseo de que la marcha de ella haya sido tan solo un mal sueño. Y abre la puerta del dormitorio con la esperanza de, todavía, encontrarla durmiendo en el sofá.

Cordoba, última semana de abril de 2014


sábado, 18 de enero de 2014

Luz y culpa


No te hagas resistente a la realidad para creerte feliz. No evites admitir el error, la traición, el desamor o la tragedia. Da rienda suelta a las lágrimas, los remordimientos o el nudo en el estómago. Deja que el dolor avance, se apodere de ti, te inunde, te desborde, te atraviese. Deja que te destroce y al mismo tiempo te purifique llevándose todos los hilachos de carne muerta y dejando apenas un armazón de huesos y víceras. Pues ese armazón, ese reducto de ti, refulgirá autenticidad. Sal entonces a la calle para que los demás se asusten de tu pureza. Deja que la critiquen por ignorancia, cobardía o incapacidad para imitarla. Y exponte al sol para que sea él quien llene tus nuevos espacios. Entonces, sólo entonces, te habrás convertido en verdad y luz: la absoluta esencia.
Viaje en autobús de Pozoblanco a Córdoba
Noche del 17 de enero de 2014
 

sábado, 4 de enero de 2014

Otras vidas

 



 "Cada ciudad,
una vida distinta,
un amor para siempre"







Algunas veces he visto a ese ángel.

En Córdoba, en Roma, en Granada, en Madrid.

En Nápoles, en Londres, en Barcelona, en Liverpool. 

Ha sido en viajes a solas. En calendarios sin organizar. En destinos sin fijar. En planes sin hacer.

El ángel que me recuerda que hay algo de imperecero en los postes de la luz que dejo atrás por la ventailla, en el horizonte inmóvil, en las huellas que dibujo.

En la eternidad fugaz del tú y yo, del aquí y ahora.

En la saliva que engrasa nuestros besos.

Granada, 20 de diciembre de 2014

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Apuntes de una vuelta a casa


Viajas a sitios que conoces bien, pero que no parecen los mismos (su vida no es ya tu vida). También descubres lugares en los que no recuerdas haber estado.

Charlas accidentalmente con personas que nunca has visto pero con las que te comportas como si fuéseis viejos amigos. Te suenan todas las caras que te cruzas por la calle.


Feliz y confuso al mismo tiempo, no encuentras respuesta al misterio.
Olvidas que hubo una edad, un tiempo, una vida, en los que fuiste viento.


Granada, 4 de noviembre de 2014

 

lunes, 14 de octubre de 2013

Amanecer

 




"There's an old man on the corner
singing old song about change..."







Aquella fue la noche del incendio. Del expolio de almas.

Los gritos llegaban a la otra punta de la ciudad.


Nadie contó luego historias tristes.


Sólo un mendigo murmuraba la Verdad, que se trasmitía como un número de teléfono apuntado fugazmente en un papel.


Todos nos fuimos en el pálido tren de las 6:00 a.m.




lunes, 15 de abril de 2013

Chica de leyenda...





“Now as you close your eyes
Know I’ll be thinking about you...”








Sé que has perdido la cuenta de las lágrimas que derramaste por mí. Por eso no puedes decirme cuál fue (en número ordinal) la que se convirtió en arena, en carne muerta, en el reguero de cenizas del zombie. La que trajo el tsunami de silencio al barrio que nos vio amarnos.

Por eso la he buscado hasta la extenuación. Cruzado océanos esperando encontrar ese momento. Y sólo he hallado solitarios domingos en los que tu calle y la mía, paralelas irreconciliables, están desiertas.

Pero cada noche percibo cómo mi alma (o lo que sea que tenemos más allá de la carne) cruza esa distancia: sale de mi cama para volar hasta la tuya, entrando por tu ventana del patio.

Ella sí salva esas murallas que, sin saber muy bien el motivo, por inercia e impulsos, entre los dos nos hemos empeñado en construir.

Seguro que a veces, entre sueños, incluso la notas abrazarte.

Como un escalofrío que te recorre el brazo y te pone la piel de gallina hasta que te lo frotas con el otro.

Como esa parte de mí que sigue esperando en tu portal.


viernes, 29 de marzo de 2013

I still...



jueves, 17 de enero de 2013

Next to you

Nunca me han gustado las chicas con el pelo rizado.

Sin embargo, hay algo en tu risa, en tu color de ojos, en cómo me abrazas, en tu cultura general, en tu iniciativa "carnal", que me hace extrañamente adicto a ti.

A veces pienso que existe un destino caprichoso intentando enredar almas gemelas que están muy cerca pero necesitan grandes rodeos para encontrarse.

Pero solo a veces.

El resto del tiempo, pienso en ti.

Córdoba, 17 de enero de 2013

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Just older(s)






 "Now the night is a little bit colder..."







Supongo que todos tenemos esas etapas preciosas de nuestras vidas guardadas en cajitas de cristal. Esas a las que, por ejemplo, nos agarrarmos en los malos momentos...

Ayer, como todos los años en algún día indeterminado entre su cumpleaños (31 de octubre) y el mío (10 de noviembre), hablé por teléfono con mi ex de Roma para felicitarnos mutuamente.

Resulta tan hermoso como reconfortante saber que compartísteis apenas un mes maravilloso hace ya más de diez años y que seguís teniendo esa relación, afecto y cariño.

Sólo puedo desear que no perdamos el vínculo (esa es la palabra, más que "contacto"), que sea muy feliz y dedicarle "mi" canción de todos los cumpleaños.

Porque no somos viejos. Sólo más mayores...

Tanti auguri, Laura.



domingo, 4 de noviembre de 2012

Once upon a time...

Ayer me ví "obligado" a tomarme el día libre debido a la lluvia (una pena, estando esto hasta arriba de turistas por el puente), y me pasé gran parte del mismo descansando como nos gusta a los raros: a solas conmigo mismo en casa, calentito, leyendo, escribiendo, viendo películas y "tonteando" buscando vídeos en internet. Y encontré algo que no había visto antes en youtube: mi adorada Big Fish completa. Os la dejo para que esta tarde podais rematar el otoñal fin de semana con mantita o brasero y esta maravillosa fábula sobre la vida, el amor y los sueños, con cuyos personajes principales, como ya escribí en este blog, me identifico a partes iguales.

Que la disfruteis.



domingo, 28 de octubre de 2012

Ozymandias melancholia




"Hay algo misteriosamente atractivo en el hombre que no es ajeno a las agonías de la existencia"



Para mí siempre es especial repetir Roma de cualquiera de las formas posibles, si bien esta vez ha habido más motivos para salir encantado del cine.

Las cuatro historias paralelas son tan surrealistas como realistas al mismo tiempo, pero me han gustado especialmente las de los recién llegados de un pueblo y la de los arquitectos.

En gran parte, porque me identifico con el personaje de Alec Baldwin, que estudió un año en la Ciudad Eterna y que, como escribí hace no mucho sobre mí, cuando vuelve allí regresa a su barrio y se encuentra consigo mismo, con la persona que era entonces.

Me reconforta darme cuenta de que no soy tan extremadamente raro, que no solamente yo he percibido  esos pliegues del tiempo, esa disociación del recuerdo emocional, esas otras dimensiones.

Y sí, vale, también me identifico por más cosas...


sábado, 27 de octubre de 2012

The soundtrack of my life

Ya he ido a cuatro. Y en los tres últimos apostillé que ya no acudiría a ninguno más (en parte, porque son tan largos que terminas cansado). Pero luego pasan los meses, me entra el "mono", y los mismos cuatro puretillas vuelven a enredarme...

¿Quién puede huir de una parte de sí mismo?




miércoles, 24 de octubre de 2012

sábado, 13 de octubre de 2012

Complejidad






“No trates de doblar la cuchara. Eso es imposible. Simplemente asume la realidad: no hay cuchara.”






Tras una reunión con mis amigos de toda la vida (no nos juntábamos todos desde Navidad) vuelvo a llegar a la misma conclusión que tantas otras veces: me aburro con la gente. Es curioso que en lo que a ellos se refieres resulta muy distinto cuando estoy con cada uno por separado, pues entonces sí que salen a la luz las conexiones particulares que tenemos. Pero en grupo, lo especiales que son de por sí y para mí, parece que se diluyera en la mediocridad.

Supongo que en esta circunstancia de mi carácter influye que, desde los trece años,  mi curiosidad (y en origen también, por qué no admitirlo, mi timidez) me ha llevado a leer libros sobre psicología (cómo relacionarse mejor, cómo influir en los demás, comprender nuestros mecanismos, etc.). Es algo que normalmente no digo porque he comprobado que a mucha gente le intimida. Y lo asimilado en esas lecturas, sin duda, es parte de lo que provoca que "cale" a las personas al instante y que me resulten tan previsibles como aburridas.

Algo parecido me ocurre desde los veintidós, cuando empecé a ver vídeos y leer sobre seducción. Ello tuvo parte de culpa de que hace mucho tiempo me diese cuenta de que la seducción no tiene nada que ver con el con salir "de fiesta" y mucho menos con "sugestiones" como el alcohol. Esa es una imagen reduccionista y adolescente de ligar que nos han vendido, como tantas otras, con el fin de limitar nuestra visión de la Realidad y programarnos socialmente.

Se debe a que al igual que en los demás aspectos, hacen que nos comportemos como caballos con anteojeras que no ven más allá de lo que les señalan, y como borregos que se divierten cuando les dicen, donde les dicen e incluso como les dicen. Y lo peor es que la mayoría de la gente presume de cumplirlo (especialmente ahora, con las redes sociales). En ocasiones me da hasta pena tal demostración de impersonalidad y manipulabilidad.

Porque además se da una pequeña paradoja: si uno se quita esa venda, la seducción resulta ser un concepto integral, que como tal, por supuesto, se puede extrapolar perfectamente también a la noche...

Córdoba, septiembre de 2012




miércoles, 10 de octubre de 2012

Estudio diferencial



"Pasas la vida de ciudad en ciudad yaciendo con virgenes de los templos y esposas de mercaderes... ¿y por eso te crees un experto en el amor...?"




1.- En primer lugar están los besos normales, que tienen lugar en las más variadas circunstancias y con mayor o menor deseo motriz, acierto y coordinación. Son la inmensa mayoría de los que hemos dado y la casi totalidad de los que la gente en general “disfruta” (por usar algún verbo).



2.- Luego hay una pequeña cantidad que son especiales, de dos tipos:

2.a- Alteradores del pasado: son esos besos lentos, suaves y resbaladizos en los que se juega sutilmente. Llegan a ser "redondos", perfectos, y en ellos parece que todo el universo se concentra en la punta de las lenguas que se esconden y se buscan como si fuesen parte de una coreografía. Nunca quieres que acaben, porque sientes que llevas toda la vida esperando darlos, que has nacido solamente para estar allí en ese momento.

2.b- Modificadores del futuro: cortos y casi siempre apasionados,  más que con la boca, se dan con la sangre y los huesos. Te matan, pulverizan tu interior, destrozan tu universo y a veces los odias toda la vida. Tienen el efecto de auténticos aguijonazos, picaduras que te vampirizan irremediablemente.



3.- Pero en tercer y último lugar están los que muy poca gente hemos probado: los besos  que, simple y llanamente, te arrancan las entrañas de cuajo.


9 de octubre de 2012

domingo, 30 de septiembre de 2012

illy (II) / Dimensión Laurentina







“Viajar no es tan sólo moverse en el espacio. Más que eso, es acomodar el espíritu, predisponer el alma y aprender de nuevo.”





Bienvenida a la madeja de la vida. Que nos trae y nos lleva enredando y desenredando personas como si fuésemos gatos jugando con un ovillo de lana que se convierte en nuestra tela de araña. Bienvenida a sus caprichos, a las bifurcaciones de vías con mecanismos de accionamiento demasiado complejos...

(De pequeño me fascinaban las maquetas de tren.).

Te vas. Te vas a mi otra casa, que casi fue la tuya. Te vas en busca  del saber, el futuro, el hombre. El hombre que yo fui pero no fui. Aunque hé de confesar que, como buen conocedor de tu vida, a veces me pregunto: ¿qué te falta aquí, si nos tienes a todos?

Pero en el fondo te entiendo. Te entiendo porque hace tiempo, cuando volví allí por primera vez, el retorno fue un extraño espejo, un haz de luz plegada en el tiempo. Y me crucé en la escalerilla del avión con un casi adolescente ocho años más joven, diez kilos menos y una bolsa bandolera negra que todavía le acompaña. Pero aquel “viejo yo” tenía otra diferencia con el actual: poseía una anormal capacidad de fascinación y estaba cargado de ganas de mundo; las mismos que tú no has gastado y te llevan a recomenzar la aventura.

Lo más curioso es que ahora, tras años visitando este blog, podrás estar no sólo metafóricamente en Laurentina. Y, ya que "hay lugares de los que uno nunca vuelve del todo", quizá allí veas a mi fantasma, que a veces percibo cuando visito la ciudad. Porque siento que de alguna forma, en otra dimensión, continúa su curso la vida que no elegí (mi novia, mi barrio, yo mismo...). Y a veces a través de ese alter ego me llega, igual que las sensaciones compartidas por los hermanos gemelos, el tacto del aire de las noches de verano en Vía Laurentina.

(Más curioso aún es que quizá tú si puedes retomar la vida que dejaste a medias en aquel país).

Sin embargo, yo ya he cerrado un ciclo. Durante diez años (parafraseándome varias veces) he estudiado, viajado, sufrido, seducido y trasnochado (“saltado de balcón en balcón”) más de lo que la mayoría de las personas lo hacen en toda su vida. He aprendido de mis errores y me he encontrado a mí mismo. Me he aceptado, he perdonado a mi entorno y gracias a ello me he perdonado a mí. Aunque tarde, he madurado y ya me ha llegado la calma: solo busco alguien "que me soporte", que no salga huyendo de mi “intensidad vital” y que comparta mis sueños. Una cabeza que duerma en mi pecho y yo en su pelo, y con quien amanecer todos los días; que me haga “no querer estar nunca en otra parte”.

Pero tú aún sigues con ese hambre. Y también lo entiendo. El motivo es evidente: en tu pequeño cuerpo hay un corazón tan grande que en él cabe todo el mundo. Y te animo a llenarlo sin miedo; nuestra madeja ha demostrado estar suficientemente enredada.

Ojalá siga así para siempre. 

PD: Nos vemos el martes.

Córdoba, últimos días de septiembre de 2012

sábado, 29 de septiembre de 2012

Cambios de estación...


Esta canción es toda la sensibilidad de Bon Jovi reducida a los acordes y la frases mínimas. Es la nostalgia hilvanando el rock y el country. Es mi final de todos los amores y de todos los veranos. Mi principio de todos los otoños. Pues, ¿no es, acaso, cada historia de amor un verano, y cada verano (como cada ciudad) una amor para siempre?





Hace demasiado fresco para finales de septiembre
El viento del otoño ya se está colando
El sol del verano hizo las maletas y hace tiempo que se fue
Todo el mundo se está yendo

Apuesto a que hace calor en California
Creo que es hora de coger la carretera
Quizá simplemente deberíamos llamar a esos feriantes
E ir con ellos a buscar nuestro caldero de abundancia
Parece que últimamente todo el mundo se está yendo

Cierro mis ojos y dibujo tu mano en la mía
Todavía oigo tu voz que me lleva de regreso a aquel tiempo
En el que puedo encontrar una razón para ser fuerte
Parece que últimamente todo el mundo se está yendo

Cierra las ventanas, corre las cortinas
Aquí tú no eres la única lastimada
Nadie lleva la razón, nadie está equivocado
Útimamente todo el mundo se está yendo

Cierro mis ojos y dibujo tu mano en la mía
Todavía oigo tu voz que me lleva de regreso a aquel tiempo
En el que puedo encontrar una razón para ser fuerte
Parece que últimamente todo el mundo se está yendo

Antes vivías para decir que me querías
Ahora tienes un pie fuera de la puerta
Es entonces cuando te giras y me preguntas:
¿Volveremos a lograrlo?

Cierro mis ojos y dibujo tu mano en la mía
Todavía oigo tu voz que me lleva de regreso a aquel tiempo
Cuando necesito una razón para ser fuerte

Cierro mis ojos y dibujo tu mano en la mía
Sí, seguiré ese camino, nunca me oirás decir adiós
Así que cariño, sé fuerte por favor
Parece que últimamente todo el mundo se está yendo

Volveré a por ti, cariño...


jueves, 27 de septiembre de 2012

illy ("Sé")





"En la fuente del querer
si tú quisieras, gitana
de tu boca beberé
agua de Sierra Nevada"





Sé que aquella madrugada que llorabas junto a tu casa (la noche que yo quería darle leche a aquel cachorro de gato que encontramos en la calle), llorabas porque yo me iba de Granada.

Era extraño porqe tú me habías dejado poco antes y si alguien debía dar un paso para reacercanos, obviamente, eras tú. O no sé, quizá estoy mezclando días, recuerdos e impresiones; no me hagas mucho caso...

Pero sí sé que un mes después tuviste el valor y la entereza de llamarme para que no perdiéramos el contacto. Y que desde entonces ambos hemos tenido el cariño mutuo y la madurez suficientes para seguir estando ahí el uno para el otro.

Sé que, un año más, volvemos a despedirnos en septiembre, el mes en el que nos conocimos.

También sé que en nuestra primera cita descubrimos que teníamos el mismo poema favorito y la misma película favorita. "Qué rallada, colega", repetiste varias veces, usando términos muy tuyos.

Sé que me fascinan tu ilusión por las cosas, tu valentía, tu esfuerzo faraónico por tener detalles geniales con todo el mundo y por ser la mejor amiga del mundo para todos tus amigos, tu loable capacidad para admitir errores y, sobre todo, tu generosidad: creo que eres la persona más generosa que conozco.

Sé igualmente que eres una de las personas que más quiero fuera de mi familia.

Sé que otro septiembre veo que te alejas, aunque sea de otra forma.

que con un nudo en la garganta, otro septiembre, te deseo lo mejor.



Córdoba, noche del 26 de septiembre de 2012
(Después de hablar contigo)

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Escenas perfectas

Me he despertado y hoy llueve...

"...would you like to dance...?"


martes, 18 de septiembre de 2012

Aguijones





Este relato sobre mi signo zodiacal cerrará la próxima velada de leyendas. Y será uno de los que, sin duda, cuente a mis hijos en su cama antes de dormir.





Hace miles de años vivió un hombre llamado Orión, el mejor cazador que el mundo había visto jamás. Ello y su gran atractivo físico hizo que Diana, no casualmente la diosa de la caza, se enamorase de él.

Pero Apolo, hermano de Diana, estaba celoso de que ella pasase tanto tiempo con Orión, especialmente siendo este un simple mortal. Por ello decidió crear un animal capaz de matar al valiente amante: un escorpión gigante cuya coraza natural no podría ser atravesada por las armas de Orión.

Y así sucedió. Cuando el animal atacó al cazador, este pudo comprobar cómo todos sus intentos por herirle resultaban en vano y, acorralado en la playa, decidió lanzarse al mar para escapar.

Apolo, viendo que su plan fracasaba, recurrió a una cruel estratagema: dijo a Diana que aquel personaje que se veía alejarse nadando en la distancia era un malhechor que huía tras haber cometido un crimen y le pidió que utilizase su arco para darle muerte.

Diana así lo hizo, y mató a su amado sin saberlo. Cuando descubrió el plan de Apolo, rota de dolor, tan triste como decepcionada, se vengó de este convirtiendo al escorpión y al cadáver de Orión en constelaciones. De esta forma, la eternidad siempre recordaría los celos y la mala fe del su hermano.

Por eso, todavía hoy, si miramos al cielo en una noche despejada, podemos ver, para la vergüenza de Apolo, a Orión luchando con el escorpión...

Para siempre.

Madrugada del 18 de setiembre de 2012.


domingo, 16 de septiembre de 2012

Mitos y leyendas


"Los dioses nos envidian porque somos mortales. Todo es más hermoso cuando tiene un final. Nunca serás más hermosa de lo que eres ahora. Nunca volveremos a estar aquí...".



Desde que era muy pequeño (este es otro ejemplo de lo raro que era de niño) me han apasionado los mitos; su mezcla de realidad, simbolismo y fantasía, su función de crisoles culturales y la aparición de arquetipos eran lo único que colmaba al mismo tiempo mi curiosidad y mi imaginación; los cuentos me resultaban muy "simples" (salvo los TBOs de Mortadelo). Es curioso que tantos años después estoy teniendo la suerte de empezar a trabajar con ellos.

Y aunque no tiene ninguna relación con el trabajo, entre la "siesta" de ayer y la de hoy he vuelto a ver Troya. Sin ser un peliculón, en mi opinión puede considerarse una de las mejores adaptaciones que se han hecho al cine de la literatura clásica. Y no me canso de verla, sobre todo por dos motivos (aparte de Briseida, claro):

El primero, que aunque se inspira en la Illíada obviando muchos detalles importantes (como el famoso talón de Aquiles) y matizando otros (Aquiles y Patroclo no eran primos, sino amantes), está muy bien hecha, mantiene la complejidad de la trama y el perfecto esbozo de las personalidades de los personajes, sus pasiones y los tres distintos tipos de amor a través de las tres parejas.

El segundo, que siempre que he pretendido elegir "modelos" o "referentes" (reales o no) con los que me identificase o en los que inspirarme, y entre los de ficción destacan el Arturo de Clive Owen (sobre todo cuando olvida su lado bondadoso para volver a emparedar a los monjes) y el Héctor de Eric Bana. Creo que ambos personajes son dos grandes ejemplos no solamente de integridad, valor y otras virtudes clásicas, sino también de una masculinidad positiva totalmente en crisis en nuestros tiempos.

"Viví en los tiempos de Héctor, domador de caballos. Viví... en los tiempos de Aquiles"




miércoles, 5 de septiembre de 2012

Big Finn

 



"Quizá tú no eres demasiado grande, sino que el pueblo es demasiado pequeño"






Me temo que el verano ha tenido un extraño efecto estabilizador y relajante en mí, y de ahí esta nitidez en las emociones, fluidez en las ideas y la consecuente necesidad de escribir más a menudo de lo habitual. Sin embargo, no termina de convencerme el hecho de que mi situación actual hace que el blog esté convirtiéndose en algo más parecido a un diario de inquietudes, pero es lo que me pide el cuerpo en este momento.

También influye, en forma de catalizador, el haberme encontrado con una película como Big Fish. No sé de dónde vino el impulso que me ha llevado a verla hoy por segunda vez, pero supongo que me ocurre lo mismo que con los libros o que incluso con las personas: hay poca gente que me "diga" algo, y por eso, cuando encuentro alguien que sí me aporta, le otorgo mucho valor.

Además, en esta historia se da la curiosa circunstancia de que empecé identíficándome sobre todo con el personaje del hijo único, con su responsabilidad indivisible y con su paso a cabeza de familia (por su inminente paternindad al tiempo que enferma su padre). Sin embargo, al verla por segunda vez me he dado cuenta de que me identifico mucho más con el progenitor y protagonista, Edward Bloom, y sus rasgos más llamativos:

Con el hecho de haberse sentido un pez grande en un estanque pequeño a determinada edad (y no estar "listo para quedarse en ningún sitio"); con su capacidad para ver la magia de las cosas normales y trasmitirla; con sus narraciones de historias sin orden y con eternos paréntesis; con la claridad con la que sabe lo que quiere y su don casi irresponsable de ir a por ello y no rendirse nunca ante la adversidad (que unos me envidian y otros me critican -quizá porque en realidad todos me lo envidian-); con la facilidad para inspirar confianza en los demás y enredarlos en proyectos casi utópicos y de los que saca poco o ningún beneficio; con su (creo) buen corazón, lealtad y nobleza; y, por qué no admitirlo, con sus lados tozudo, insoportable y cascarrabias.

En el fondo, son muchas películas en una: una historia de amor, una epopeya sobre la evolución de un espíritu libre y una fábula sobre el cruce de etapas de la vida, que me ha llegado en el momento justo para darme el empujón que me faltaba para "reenchufarme". Gracias a Edward Bloon, un superhéroe terrenal.

Córdoba, 1 de septiembre de 2012


jueves, 30 de agosto de 2012

Declaración de intenciones (contrato vital)






"I guess I understand: this boy becoming a man"






En esta etapa de transición vital, esta especie de impasse de espera entre la juventud y la madurez, tengo más claro que nunca lo que quiero. Y sueño. Sueño con la vida. Con la Vida en mayúsculas.


Sueño con no ser como la mayoría (que me sigan tildando de “raro”).

Sueño con trabajar en algo que sea útil a la sociedad (intento enfocar a ello mi “inútil” formación).

Sueño con viajar por todo el mundo y de todas las maneras: en primera clase y alojándome en hoteles de lujo unas veces; y en moto, con mochila y recurriendo a humildes hostales en otras.

Sueño con plantarme en una estación de tren y en ese momento pensar a dónde ir. O emplear el coche y cada día decidir en qué lugar dormir esa noche.

Sueño con escribir historias de todos esos viajes (y que me las publiquen).

Sueño con tener responsabilidad y cumplirla.

Sueño con tirarme en paracaídas, hacer rafting, snowboard y surf.

Sueño con mantener mi capacidad de fascinación y mi ilusión por las cosas. Y mi fe en las fotos antiguas, los mapas del tesoro, los cofres enterrados y las cajitas del tiempo.

Sueño con sumergirme hasta la médula en películas y libros que valgan la pena.

Sueño con veladas para dos, con noches frente al fuego y frente al mar.

Sueño con no querer estar nunca en otro sitio.

Sueño con ver atardecer en todos mis rincones de Roma tomando un capuccino; y en tantas playas que todavía no conozco mientras camino por la orilla.

Sueño con aprender de todos mis errores y que los demás, cuando me haya ido, me recuerden como una buena persona.

Sueño con trasnochar de todas las maneras: bailando, bebiendo, charlando, besando y contando estrellas durmiendo “al raso” en compañía (una de mis pasiones por desarrollar en la astronomía).

Sueño con llevar a mi hijo homónimo al Bernabéu por su décimo cumpleaños y acurrucarme en el sofá entre mis hijas.

Sueño con contarles historias antes de dormir y verles reir, equivocarse, crecer.

Sueño con mañanas enteras en la cama y besos bajo un paraguas.

Sueño con cenas románticas en sitios caros y con comida basura para llevar a solitarios rincones con encanto.

Sueño en hacer el amor intensamente en todos esos viajes, de todas las maneras y en todos los sitios (incluidos sitios públicos, obviamente).

Sueño que nunca perdemos la pasión.

Sueño con simples paseos. Con Coca-Colas heladas.

Sueño con cuidar de una persona que a su vez me cuida a mí.

Sueño que en cada aniversario le escribo un poema en la espalda desnuda.

Sueño con llenar la casa de nietos en Navidad.

Sueño con cada noche no saber dónde empieza ella y dónde termino yo.


Y sobre todo, sueño (aunque no me disgusta la soledad) con algo que empiezo a creer imposible: encontrar a alguien que me soporte y que sueñe con todo lo mismo que yo, para hacerlo juntos.

Y contarle a esos, nuestros nietos, cómo la conquisté; igual que me contó mi abuelo.

Sueño que no es un sueño.


Razón: aquí.


Córdoba, 30 de agosto de 2012

lunes, 27 de agosto de 2012

Finn Wayne



"Usa una máscara. Pero no para protegerte a ti, sino a los que te importan".




Lo confieso en este, mi blog de terapia: soy superprotector.

El primer recuerdo que tengo de ello fue aquel perro que encontré en la calle y se encariñó conmigo cuando yo tenía unos catorce años. Se pasó varias semanas siguiéndome a todos lados, hasta que mi padre me dio permiso para adoptarlo si seguía rondando el vecindario al día siguiente... y nunca más lo vi. No sé si le pasó algo o encontró otra persona que lo acogiera, pero todavía me muero de pena por dentro cada vez que pienso en la expresión triste que el animal me ponía cuando cerraba mi puerta ante él. Al menos no siento culpa, ya que no dependía de mí.

No tengo claro si aquella historia del perro fue el primer síntoma de una característica que yo ya traía de fábrica o fue el desencadenante, al estilo de la historia que reconcome a la protagonista de "El silencio de los corderos"; pero sin duda soy excesivamente protector con mi entorno: con esas dos amigas "fugitivas", con mis parejas, con la gente que considero vulnerable, y también con la mayoría de los animales. Además, como buen escorpio, puedo llegar a ser terriblemene vengativo con alguien que hace daño a quien quiero.

Y supongo que es esa tendencia a la protección junto con mi reciente afán por trabajar por algo que esté "por encima de mí" lo que provoca mi inexplicable pasión por la trilogía "precuela" de Batman, un ejemplo de superación, altruismo y compromiso. Además, el hecho de que no tenga superpoderes hace de este personaje algo más próximo, lo que todos querríamos (o deberíamos) ser y no somos... admitámoslo: por pura pereza.

Agosto 2012



domingo, 26 de agosto de 2012

Whole lot of... lonely





 "La vida es algo horrible, pero cuando entra en las canciones se convierte en algo bello".






Esta es la historia de una canción.

Y ni siquiera es una canción buena, a pesar de su melodía pegadiza y sus acertadas frases en el estribillo (no, no es These Days –These Days sí es una gran canción-); pero aquí la calidad no importa. Sí que importa su título, del que tardé casi tres años en conocer (que no comprender) el significado. Ocurrió hace dos cursos, cuando solía entrar a la soporífera asignatura de Historia Contemporánea en el Auditorio 2 de la Facultad de Filosofía y Letras de Granada cruzándome con las alumnas de segundo de Filología Inglesa que lo abandonaban.

Yo era el primero de mi clase en llegar y el único que lo hacía antes de que su  lección terminase (porque no tenía ninguna materia en la hora anterior), así que estaba solo esperando en la puerta. Tengo que hacer un inciso para comentar que últimamente, poniendo cosas de mi pasado en orden y viendo mi vida de manera disociada, como una película, me he dado cuenta de que siempre he estado solo por diversos motivos: desde el hecho de ser hijo único hasta lo poco que siento que me suele aportar la gente (incluso a menudo me siento más solo estando en compañía). Y lo más curioso es que casi nunca me he sentido así. Supongo que esa indolencia es algo que debería preocuparme...

Pero volviendo a las de Filología Inglesa, creo que nunca he visto una clase con tantas chicas guapas (además, eran solamente chicas –cuarenta o cincuenta-). Obviamente, a su salida había cruce de miradas y cuchicheo, aunque la cotidianeidad nunca se materializó siquiera en un tímido saludo. Sí que ocurrió con la profesora, que, ordenadísima como corresponde a toda “guiri”, no solamente terminaba la lección cinco minutos antes, sino que aprovechaba ese tiempo para quedarse en la mesa tomando notas, mientras yo entraba en el auditorio.

Tras saludarnos educadamente varios días seguidos (ya que, como digo, estábamos a solas unos minutos) me aventuré a preguntarle qué significaba “Whole lot of Leavin’”, pues intuía que se trataba de un juego de palabras. Ella, amablemente, accedió a responderme y junto al título que yo escribí en la pizarra, añadió “Whole lot of Lovin’”, y me explicó que suponía que tendría su origen en una vieja canción de este último nombre (de “Lleno de Amor” a “Lleno de Abandonos”).

Entonces descubrí que durante dos años, sin quererlo, había sido reduccionista con el tema. Primero este había supuesto la banda sonora perfecta de un intenso amor de verano, y luego se convirtió en la de todas las rupturas (“I close my eyes & picture your hands on mine, I still hear your voice that takes me back to that time...”). En youtube una traducción sí se acercaba algo más, al ser poco literal y subtitularla “todo el mundo se está yendo”... Sin embargo, en ese momento entendí que tenía un sentido mucho más amplio, más allá de las relaciones de pareja, que se me escapaba.

Ha sido ahora (año 2012) cuando lo he comprendido. Como digo, estos meses intento colocar las piezas de mi vida en orden tras buscarme a mí mismo durante más de diez años, y recuerdo que cuando era adolescente me sentía la versión española de ese chico solitario que en las películas va en monopatín con una camiseta de manga corta sobre otra de manga larga. Veía la vida como algo ajeno, y ello solo me disgustaba relativamente, pues me prometía, por ejemplo, que nunca haría lo que hacían los demás; me prometía, en resumen, que nunca sería como los demás. Y me enamoraba de chicas que veía inalcanzables, de las que ni siquiera sabía su nombre.

Y me doy cuenta de que pocas cosas ha cambiado: me enorgullezco de que me califiquen de “raro”; continúo siendo un experto en acciones a destiempo y retiradas a tiempo; me sigo sintiendo más solo con mucha gente que con la persona indicada; y, salvo en contados amaneceres en compañía, tengo la desesperante costumbre de querer estar en un sitio distinto a aquel en el que me encuentro ("I wish that I could be in another time & place, with someone else’s soul, with someone else’s face”).

Pero, sobre todo, y en lo que a la canción se refiere, veo cómo los demás (chicas, amigos, etc.) siguen su camino, dejándome, ahora sí, no con sensación de soledad, pero sí de un cierto abandono; como un corredor que no arrancase ante el disparo del juez porque se quedase meditando y tomando notas antes de avanzar, presa del perfeccionismo. Busco ese algo más, esa autenticidad, y el resultado es contrario al esperado. ¿Será que ellos no han dudado ni pulido tanto y esa mediocridad es precisamente la clave de la felicidad? Es probable. Y empiezo a admitirme que quizá yo sea demasiado complicado como para alcanzarla nunca.

Porque, efectivamente, aun habiéndolo intentado en algunos aspectos, doce años de maduración apenas han cambiado mi esencia. Y no sé si eso debería preocuparme o consularme, pero sí que creo que en cierto modo es normal.

¿Acaso no somos aquello de lo que huimos?


Madrugada del 13 al 14 de agosto de 2012, después de un concierto
(“There’s something in the air, there’s magic in the night...”).

martes, 21 de agosto de 2012

Vacaciones pagadas


















Imagina una playa paradisíaca y desierta: tu playa ideal.
Está vacía y paseas a solas por la orilla en bañador (si me conoces, puedes incluirme a mí en la imagen acompañándote).
Las olas densas y espumosas bañan intermitentemente tus pies.
Notas la arena fresca hundirse bajo ellos crujiendo suavemente.
Cierra los ojos y siéntela unos segundos.
Añade el sonido de las olas.
Y el calor del sol del mediodía sobre tu piel.
El bañador húmedo.
La suave brisa.
El olor a sal.
¿Verdad que es lo más parecido a la felicidad…?
¿Verdad que te gustan los sitios donde te llevo…?
Recréate de nuevo en todas y cada una de las sensaciones, especialmente las de los pies.
¿Por qué mueves los dedos?
¿Por qué piensas que hay arena bajo la mesa?
¿Por qué notas que tus gemelos cambian su tensión como si tus talones efectivamente se estuviesen hundiendo en la arena más que el resto de la planta del pie?
¿Por qué sientes que estás en la playa, si estás en casa?
Aerolíneas Finn espera que hayas tenido un buen viaje. 
Y recuerda que has comprobado que a esa playa sólo te puedo llevar yo…