Ya he ido a cuatro. Y en los tres últimos
apostillé que ya no acudiría a ninguno más (en parte, porque son tan
largos que terminas cansado). Pero luego pasan los meses, me entra el
"mono", y los mismos cuatro puretillas vuelven a enredarme...
¿Quién puede huir de una parte de sí mismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario