sábado, 18 de enero de 2014

Luz y culpa


No te hagas resistente a la realidad para creerte feliz. No evites admitir el error, la traición, el desamor o la tragedia. Da rienda suelta a las lágrimas, los remordimientos o el nudo en el estómago. Deja que el dolor avance, se apodere de ti, te inunde, te desborde, te atraviese. Deja que te destroce y al mismo tiempo te purifique llevándose todos los hilachos de carne muerta y dejando apenas un armazón de huesos y víceras. Pues ese armazón, ese reducto de ti, refulgirá autenticidad. Sal entonces a la calle para que los demás se asusten de tu pureza. Deja que la critiquen por ignorancia, cobardía o incapacidad para imitarla. Y exponte al sol para que sea él quien llene tus nuevos espacios. Entonces, sólo entonces, te habrás convertido en verdad y luz: la absoluta esencia.
Viaje en autobús de Pozoblanco a Córdoba
Noche del 17 de enero de 2014
 

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